Es tiempo de cazar brujas. Fantasmas postmodernos rondan por doquier: terroristas, hackers, crackers, traficantes, pederastas, satánicos, fanáticos religiosos y toda una fauna variopinta conforman el espectro terrorífico de este siglo que nace. Y en esta pluralidad de espantos nosotros tenemos un lugar de privilegio, somos americanos. Sí señores, somos americanos y esa condición no es muy bien vista por la nueva (!?) inquisición, esa institución que pretende liberar al mundo de sus demonios. ¿Cómo es posible -se preguntan ellos- que en un país tercermundista, famoso en el ámbito internacional por exportar mercancías de dudosa reputación, un grupo de personas se hagan llamar americanos?. ¿Acaso ese bello gentilicio ya no estaba reservado por natura a los pobladores de una nación próspera del Hemisferio Norte?.Culpables!. Culpables por idolatrar al diablo, culpables por atreverse a usurpar el nombre de Vespucio, ese insigne descubridor italiano que fue el primero en darse cuenta que había llegado a un mundo nuevo para los europeos, culpables por querer robarle la identidad a los paisanos de Clinton, Bush y el ratón Mickey. Sí, porque ellos, los americanos (los del norte) no quieren ser gringos, ni yanquis, ni estadounidenses (que horrible cacofonía), ellos quieren ser los únicos americanos.¿Y qué pasa entonces con la hinchada del América de México? ellos también deberían ser perseguidos por su afrenta -pensarán los más suspicaces-. No, ellos decidieron evitar la ofensa, ellos escogieron no ser americanos, ellos prefirieron hacerse llamar vergonzantemente americanistas.Y entonces los ciudadanos de la Patria Escarlata, los habitantes de esta nación sin fronteras muy nítidas pero que van más allá de la pasión, los americanos del tercer mundo, debemos soportar la ira de los americanos del primer mundo. Apócrifas listas negras buscan con insistencia la desaparición de nuestra América. Pero ellos no cuentan con que nosotros estamos aquí para defenderla, para hacerla respetar. Este pueblo vestido de rojo se lanza a la calle para decir NO MAS!, no más listas Clinton, no más persecución, no más señalamientos. Somos americanos, así a los gringos, a los yanquis, a los estadounidenses les resulte un desplante. Y por eso hoy, como siempre, gritaremos en la cancha y en las calles la ancestral enseñanza: AMERICA PARA NOSOTROS, LOS AMERICANOS.

Tomado de: FANATICO ESCARLATA (fanaticoescarlata.blogspot.com)

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