SER AMERICANO ES….




América es una arbitrariedad del corazón
Es el corazón lo que te une a las cosas que más y no las palabras o el pensamiento como mucho han de creer.
América y mi corazón están hechos de la misma esencia, América es la pasión de un pueblo y mi corazón es ese ti tac sin limites que siento en el pecho por esa pasión. Tenemos que reconocer que el presente de nuestro equipo no es el más halagador, sin embargo en medio de la tempestad un americano siempre debe mantenerse sereno. No hay duda de que si América pierde, eso es una puñalada letal, un puño pleno en la cara, eso duele, a nadie le gusta. Pero el simple hecho de que América juegue, ya eso pone a dios en suspenso. La realidad es que cuando la “mechita” se dispone a enfrentar a cualquier rival, las horas antes del cotejo se nos hacen larguísimas, una ansiedad invade cada rincón que nos rodea y es solo en el momento del inicio del partido que la mare o la “tele” y cada vez que nuestra divisa ataca, algo se acelera dentro de nosotros, se nos corta la respiración, además de golpear cualquier cosa, gritar groserías o patalear como chiquillos si el equipo se las embarra en algo. Pero cuando llega el anhelado gol americano, es allí donde empieza el éxtasis, toda la barra escarlata es un mar de adrenalina, un terremoto de emociones nos cobija a todos, incluso, nuestras venitas mas pequeñas celebran a rabiar. De aquí en adelante viene la “pulsead era” para que se acabe el partido, los últimos minutos son de ataque, de sufrimiento total, obvio, como todo lo de América. No es raro entonces que se nos forme un nudo en la garganta, que nos de fiebre (como a mi), que crucemos los dedos, que la frecuencia cardiaca se te ponga a mil o que por primera vez creas en dios, aunque sea como un medio para un fin, ósea, para pedirle que la mechita saque el partido adelante. Claro, si todo esta boca arriba hasta hora, cuando el arbitro indica el pitazo de “final-final” no va mas, paréense firme, porque el mundo no va a ser el mismo, pues “ganamos” y es como si la palabra “ganar” hubiese estado antes de la creación del mundo vinculada y destinada para América,
“ganamos” y es solo en este instante que el día cambia de color, una enorme sonrisa se extiende en el cielo y un pequeño solecito se nos enciende en el pecho, ese solecito, parce, tiene por hombre América.

Ahora bien, surge un interrogante ¿Por qué tenemos tantos sentimientos y sensaciones encontradas cuando juega nuestra “mecha”?
A mi modo de ve, me parece que América no es simplemente un equipo, un capricho, un hobby o mucho menos un tema de sentido común del cual vemos y hablamos los domingos y los miércoles y luego chao, ¡pues no! Fíjense que no, les informo caballeros que mi América, nuestro América es una enfermedad contagiosa (yo por lo menos estoy grave hace rato y no quiero curarme), no hay cura para esto, esto es una droga, un vicio escarlata. Personalmente yo y estoy seguro que todos ustedes mis queridos camaradas, desde que vimos jugar a los “Diablos Rojos”, eso fue adicción a primera vista. Les digo algo, aquí entre nos, nunca traten de averiguar o explicarse porque son Americanos, aquí no valen razones, puesto que América, es un ideal en el trasfondo de nuestras almas, es un sueño del que lo mejor es no despertar, es una llama que lo incendia todo, por eso, ser Americano significa arder, quemar , hervir, por esa pasión. En fin, América es un fuego inextinguible que constantemente renace como el ave fénix en el espíritu de su hinchada sin igual.

Compañeros escarlatas, hoy y siempre les diré que en cuestión de futbol solo valen y perduran “Los Diablos Rojos”, lo demás, es vano, superficial, falso, oropel, barajitas de la publicidad y pura bulla. Todos los equipos en este país son colores secundarios, copias mal hechas de nuestro amado club. Se que no faltara el necio, el mentecato de la esquina que nos diga “¡oye!
América ya no tiene ni hinchas”. Bueno, es entendible ese criterio que tienen la mayoría de los babosos con quien a veces nos topamos, lastimosamente nosotros “ los americanos” no nos queda tiempo para preocuparnos por la ignorancia ajena, sin embargo, ellos en este caso tiene algo de razón, pues en realidad, los verdaderos hinchas de América somos pocos, pero recuerden que lo importante no es la cantidad sino la calidad de sus hincha, los propios seguidores de la “Mechita” deben ser una pequeña cifra ¿saben por que? Por que ser americano es un lujo que se dan unos pocos.

Por otra parte, yo se que cada uno de ustedes con el tiempo han aprendido dos cositas:

Primero, ser americano es llevar una historia de guerreros grabada en el pecho como un tatuaje indeleble.

Segundo, la hinchada, esta hinchada en especial, no necesita una fecha, lugar, ni hora determinada para apoyar a su equipo, ¡óigame bien pelaos! América trasciende, va mas allá de cualquier espacio geográfico y temporal, América es una pasión que nos corre por torrente sanguíneo, es algo que hace parte de nuestra propia naturaleza. De lo anterior, queda claro que para ser americano se necesita sencillamente ser fiel, ya que la fidelidad es la virtud de sus hinchas, eso es lo que hace de América un grande entre los grandes y un consentido de los dioses.

Por ultimo, les diré a todos los envidiosos y a todos los pesimistas que nos acosan diariamente que América nunca morirá, por que su hinchada roja no lo dejara perecer, precisamente debido a que ser americano es y quiero que se graben esto: ser Americano es ser eterno.

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